La segunda jornada del Simposium estuvo marcada por uno de los momentos más intensos y humanos del encuentro: la intervención de familiares y personas afectadas por lipodistrofias. Sus voces, cargadas de emoción y verdad, crearon un espacio que recordó a todos los presentes que, detrás de cada estudio y de cada avance científico, hay vidas reales, historias de lucha y una comunidad que no deja de sostenerse en la esperanza.
Cuatro testimonios protagonizaron este conmovedor bloque del programa:
Mariela, madre de María Paula; Raquel Valiente, afectada y delegada de AELIP en Cataluña; Claire Hernández, afectada, y en último lugar, Rocío López.
Sus palabras no dejaron a nadie indiferente. Con una sensibilidad que atravesó la sala, compartieron las dificultades que han enfrentado, poniendo el acento en la importancia crucial del diagnóstico temprano, el acceso al tratamiento, la investigación científica y el apoyo integral que ofrece AELIP.
Destacaron especialmente el valor de los servicios que brinda la entidad: información, orientación, acompañamiento psicológico y, sobre todo, esa dimensión humana que solo nace de la escucha y la comprensión. Subrayaron también la relevancia de espacios como este Simposium, donde los afectados pueden encontrarse, reconocerse y sentirse parte de una misma red de apoyo.
La presidenta de AELIP, Naca Pérez d Tudela, ha expresado un profundo y sincero agradecimiento a todas ellas por su valentía al subir al escenario y compartir su historia. Un gesto que no solo conmueve, sino que abre camino y genera conciencia en quienes les escuchan.
