La displasia mandibuloacral (MAD) es un trastorno autosómico recesivo extremadamente raro que aparece en la infancia temprana (2-4 años) y que se caracteriza por múltiples anomalías músculo-esqueléticas y características progeroides. Hay dos tipos de MAD: A (pérdida parcial de grasa en las extremidades conservándose la del cuello y el tronco) y B (generalizada). MAD puede deberse a variantes en el gen LMNA (tipo A) [Novelli 2002] (ver abajo) o en el gen ZMPSTE24 (tipo B) [Agarwal 2003b, Ben Yaou 2011]. Se han notificado unos 30 pacientes con MADA, mientras que no llegan a la docena los pacientes con MADB [Garg, 2011, Vantyghem 2012, Worman 2009].
El fenotipo de MADB (MIM: #608612) aparece al nacer, con retraso del crecimiento postnatal y dificultades en la alimentación, no siendo infrecuente el nacimiento prematuro. Los niños tienen la barbilla pequeña y la nariz picuda, boca pequeña, apiñamiento dental y retrognatia. Presentan además contracturas debido a la piel tensa. Son características típicas las manchas cutáneas pigmentadas, cierre tardío de las fontanelas, persistencia de huesos wormianos [Bertrand 2011], clavículas pequeñas e hipoplásicas, osteólisis distal progresiva de las falanges y clavículas y otros estigmas del envejecimiento como sordera neurosensorial o pérdida del cabello. Un factor diferencial de este síndrome progeroide es la presencia de nódulos subcutáneos escleróticos y calcificados, ausencia de acantosis nigricans, enfermedad renal (glomerulopatía) y un patrón generalizado de lipodistrofia [Schrander-Stumpel 1992, Simha 2002, Ben Yaou 2011]. La tolerancia a la glucosa es normal, pero hay hiperinsulinismo en los estados de ayuno y posprandial, hipertrigliceridemia y bajos niveles de colesterol HDL [Simha 2003b].